octubre 24, 2012

Violencia Laboral


Un tema que sucede cada vez más frecuente en los trabajos. Una sensación desagradable, dijo Paula. Entro a trabajar en una empresa, pensando que era una buena oportunidad para poder llevar a cabo esas otras cosas que había pospuesto anteriormente, viendo nuevos horizontes en una área distinta, nuevos aprendizajes, eso pensaba. Al comenzar en este trabajo todo marchaba bien, familiarizándose con el área, viendo los pasos o procedimientos que tendría que comenzar, para lograr los objetivos que su jefe le había dado a ver a su inicio. Fueron avanzando los días y las primeras 3, 4 semanas, en ocasiones se desconcertaba por la manera en que reaccionaba su jefe con otros compañeros, no le tomo importancia, solo pensó que había sido un mal día como alguna vez ha pasado cualquier persona. Después, esta conducta se extendió con los clientes, sabía que no era algo usual, pero no le dio importancia solo se alejaba cuando veía que el ambiente estaba muy pesado, y le daba otro significado a las situaciones que iban surgiendo. Un día, sin darse cuenta esta conducta ya se había extendido hacia ella. Desde el tono de voz de su Jefe, que la alzaba más de lo usual, su desvalorización de tareas impuestas, sus amenazas de que ya no habría apoyo ni ayuda por resolver esa actividad en particular, degradación y minimización del trabajo de otros, trabajos que surgían a última hora fuera del horario laboral sin pago alguno del mismo, sus bromas pesadas y los comentarios sarcásticos que eran constantes. Fueron algunas de las cosas que vivió Paula, sobrellevando de la mejor manera esas situaciones, sin saber de que forma podía hablar de las mismas que constantemente le incomodaban y se repetían una y otra vez en el transcurso de la semana con los demás y con ella misma. Mismas, que al relacionarse con otros compañeros, preferían mantenerse al margen de su jefe por el comportamiento desagradable y grosero del mismo dijo Paula.

Las situaciones se hicieron más recurrentes de tal forma que se volvió insoportable la convivencia y el trabajo diario, lo cual reflexiono y reconsidero si en realidad valía la pena continuar trabajando en esa área y seguir viendo el comportamiento agresivo de su jefe, escuchar los comentarios desagradables y continuar viviendo esas agresiones o buscar un nuevo trabajo donde pudiera desarrollarse.

Después de revalorar la situación con las cosas que eran de su agrado de su trabajo, sus compañeros, el sueldo y prestaciones. Decidió entonces, que lo mejor era renunciar y buscar otro trabajo con un ambiente más agradable sin minimizaciones y degradaciones.

Hoy, se siente más tranquila por esta decisión y se encuentra en esa búsqueda para desarrollarse profesionalmente.

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